martes, 16 de febrero de 2016

LA VÍSPERA DE CASI TODO (VÍCTOR DEL ÁRBOL)

La víspera de casi todo

Víctor del árbol



FICHA TÉCNICA

Título: La víspera de casi todo
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino, 2016
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 411
PVP: 20, 50 €







Editorial: Booket, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 416
PVP: 9,95 €







VÍCTOR DEL ÁRBOL


Nacido en Barcelona en 1968, fue mosso d´esquadra desde 1992 hasta 2012. Es Licenciado en Historia por la Universitad de Barcelona.

Cinco son sus novelas publicadas hasta ahora, todas cargadas de premios:

-El peso de los muertos (2006) Premio Tiflos de Novela 2006

-La tristeza del samurai (2011): Premio Le Prix du Polar Européen 2012, Premio Tormo Negro 2013

-Respirar por la herida (2013) Finalista en el Festival Internacional de Cine Negro de Beaune 2014 a la mejor novela extranjera.

-Un millón de gotas (2014): Mejor novela escrita en español del 2014 por la asociación de blogueros en España Creatio Club Literario, III Premio Para Negra Ciudad de Salamanca 2015, Grand Prix de Littérature Policière y mejor novela policial extranjera por el Magazine Lire.


-La víspera de casi todo: Premio Nadal, 2016







El amanecer de un nuevo día


ARGUMENTO

La novela arranca con el descubrimiento por parte del policía Germinal Ibarra del cadáver de la hija de Eva Mahler, futura heredera de una de las mayores fortunas del país.
Años después, Paola, una misteriosa mujer, llega a una pensión perdida en la Costa de la muerte gallega, huyendo de un pasado o de sí misma.
Pero su llegada desencadena que el pasado de los demás vuelva al presente amenazando con destruirlo todo.






LA VÍSPERA DE CASI TODO


Víctor del Árbol ha vuelto a conseguirlo. La víspera de casi todo no solo arranca directamente con un premio literario para ser ya una novela premiada como todas sus predecesoras, sino que pese a las altas expectativas con las que parto siempre que leo una novela del autor, no me ha defraudado.
Y lo hace a pesar de que las novelas de Víctor del Árbol no parten de un formato predeterminado, como si de una fórmula mágica se tratase, en la que cambia la historia pero la estructura es igual, algo que le ocurre por ejemplo a Kate Morton, en que si te gusta, ya sabes lo que vas a encontrar.
Cada nueva novela de Víctor del Árbol es diferente a las anteriores, con una estructura diferente, aunque evidentemente tiene elementos comunes.

Analicemos cuáles son esos elementos comunes en las novelas de Víctor del árbol:

1.- La víspera de casi todo es una mezcla de géneros, muy difícil de clasificar, de etiquetar. Predominan los elementos del género negro, pero no es desde luego una novela negra al uso, por más que en esta ocasión si aparezca un policía entre los protagonistas de la novela. O nos narre como arranque un violento caso, de esos que demuestran que el mal está a la vuelta a la esquina (¿acaso hay algo más significativo que eso en la novela negra?)
«Uno no quiere creer que detrás de una sonrisa bondadosa se esconde lo inconcebible». (Página 71)

Hay que añadirle muchos elementos más, porque no pierde ocasión para introducirnos elementos de novela histórica y así, en esta ocasión, nos lleva a la época más oscura de la historia Argentina, con sus desapariciones y sus torturas o con el episodio de la guerra de las Malvinas.
También encontraremos entre sus páginas una preciosa historia de amor, la de Mauricio y la Pecosa:
«-Yo te quiero, Pecosa. Siempre te amé. Sin ti la tierra no es nada, los limones no tienen olor, la lluvia no moja. Tú eres el lugar del que yo vengo…» (Página 390)


2.- La venganza, motor principal de la novelas de Víctor del Árbol, vuelve a estar presente, aunque en esta ocasión de una manera menos importante, pues no es el argumento principal en torno al cual gira la novela, sino sólo el eje de una de las historias.


3.- Omnipresente en cambio es la muerte, no solo porque la novela arranque con un capítulo que pone la piel de gallina con el descubrimiento del cadáver de una niña violada y asesinada, sino porque está presente en muchos de sus personajes, en un Germinal Ibarra que todas las noches introduce su arma reglamentaria en la boca buscando fuerzas para apretar el gatillo y terminar de una vez por todas. O en Paola, sumida en un proceso autodestructivo que la lleva a experiencias límites. O en Dolores, cuya hija desapareció hace diez años sin que sepa de ella si está viva o muerta. O en Daniel, que contempló como ardía su casa con sus padres y su hermano dentro, un trauma del que aún no se ha repuesto. O en todos aquellos muertos que provocó la represión en Argentina.


4.- Vuelve a tratar el tema de los héroes, el que fue el eje principal de Un millón de gotas, en este caso en la figura de Germinal Ibarra, considerado por muchos un héroe tras resolver la desaparición de la hija de Paola, pero años después perseguido (los héroes no pueden permanecer en este país en pie sin ser derribados) y atacado como sospechoso de haber asesinado al culpable de la muerte de la niña.
No es en efecto Germinal un héroe al uso, Solo un policía que intenta cumplir su trabajo, sin tener muy claro si es o no un hombre decente.
«En la pared cuelga la felicitación al mérito policial y la instantánea de su momento de gloria; el recorte del periódico con su hazaña, la leyenda del héroe que le acompañará para siempre allá donde vaya, relatando una y otra vez la misma historia que, a fuerza de repetición, ha ido perfeccionando hasta convertir en un discurso mecánico y sin fisuras. Un policía ejemplar con uniforme de gala que, tres años atrás. Logró resolver el caso de Amanda, la niña desaparecida de Málaga». (Página 21)


5.- Es una novela coral, quizás la más coral de todas sus novelas, no tanto por el número de personajes que en ella aparecen, que este caso no son muchos, sino porque difícilmente podemos decir  que hay uno o dos protagonistas principales. Porque aunque en principio puedan serlo Germinal y Paola, según avanza la novela Mauricio y su nieto Daniel, Oliveiro el amigo de juventud de Mauricio; Dolores, la dueña de la casa en la que se aloja Paola y su desaparecida hija Martina, van ganando más y más protagonismo.
Esto es probablemente lo que más me gusta de esta novela y de la escritura de Víctor del Árbol, esa capacidad de urdir historias de todos y cada uno de los personajes que desfilan por sus novelas, consiguiendo a partir de esas vidas particulares, crear un todo narrativo. Víctor del Árbol, no deja de ser otra cosa que un gran contador de historias. Y son esas pequeñas o grandes historias, las que hacen que sus novelas sean algo vivo, que sus personajes tengan tanta fuerza.
Personajes que están en permanente evolución, en busca de sí mismos, de lo que fueron, de lo que son, de lo que pueden llegar a ser, por más que alguno se empeñe en pensar que algunos no tienen ya nada que esperar:
«-Lo único que esperan los viejos es lo que ya no puede llegar. Daniel se revolvió.
-A veces eres demasiado ácida, ¿lo sabías?
Martina lo examinó con desdén.
-Sólo digo lo que siento. El único horizonte de un viejo es el pasado». (Página 51)

Si acaso, he echado de menos en La víspera de casi todo, que desarrollara el personaje de Carmela, la mujer de Germinal. Una mujer que aparece en segundo plano, siempre esperando al héroe que no tiene fuerzas para enfrentarse a la realidad de un hijo enfermo desde niño con una extraña enfermedad: el síndrome de Williams.
Porque además solo nos deja entrever una historia de amor en esa pareja a través de una mirada fugaz de Paola que los ve de lejos, paseando juntos con su hijo por La Coruña.


En La víspera de casi todo, resulta muy interesante el paisaje que nos propone el autor, que traslada la acción a la Costa de la Muerte, con sus acantilados, con la vida de un pueblo que vive por, para y a pesar del mar. Una visión que va mucho más allá de las estampas para turistas y que incluso en su descripción puede resultar brutal, como la que hace el padre de Eva Mahler:
«Aquel era el típico pueblo del que se habría enamorado la madre de Eva. Pequeño, infinitamente vulgar, con sus casuchas bajas, las calles estrechan que bajaban hacia el puerto y el relieve de la costa a lo lejos. Apenas había coches aparcados y la gente que pasaba tenía un aspecto triste, atrapada en pensamientos que –a su entender- debían resultar mezquinos. Comer, vestirse, ocuparse del ahora sin mañana». (Página 298)











IMPRESIÓN PERSONAL

Hay determinados libros que, cuando los leo, me provocan una sensación muy especial. Es el tipo de novelas que me gustaría leer siempre. No me estoy refiriendo a esas lecturas, muy placenteras por otra parte, que te impiden soltar el libro a terminarlas. Un tipo de novelas que tienen un algo muy especial que no sé definir, aunque tal vez la respuesta esté en esta frase sacada de La víspera de casi todo:
«Hay cosas que no pueden explicarse, y cuando se explican se convierten en literatura». (Página 226)

Eso es justamente lo que me ocurre con las novelas de Víctor del árbol, cuando lo leo, tengo la impresión de estar siempre ante algo diferente.
No soy complaciente con el lector, dice Víctor del Árbol en una reciente entrevista. ¿Acaso quiero que el autor sea complaciente conmigo? No si ser complaciente es una literatura ligth y edulcorada, con un más que previsible happy end por más que esté claro que el mundo real no es así. Sí, siempre que ser complaciente sea mostrarme un mundo de personajes que me hagan sentir, personajes cargados de historia y de vida. Y la vida, no siempre es suave y complaciente.

Absteneros pues de leer a Víctor del Árbol aquellos que no estéis dispuestos a entrar en un mundo donde no existen los héroes, donde el bien no siempre sale triunfante, a enamorarte de personajes en la frontera del bien y el mal, complejos y a los que la vida parece va a aplastar de un momento a otro.

Puede parecer desesperanzada, derrotista, sin alegría:
«Los sueños solo sirven para despertar de ellos». (Página 66)

Pero a pesar de todo, de esa noche en que parece que estamos sumergido, al final de la misma, termina amaneciendo un nuevo día. Nos encontramos pues en la víspera de casi todo. La última palabra no está escrita:
«Las nubes filtran el resplandor dela luna que todavía no se ha ido y del sol que aún no ha aparecido, Las estrellas se van apagando con un sutil destello. Todo parece inconsistente.
-Está amaneciendo, A punto de nacer un nuevo día». (Página 357)




VALORACIÓN: 10/10


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16 comentarios:

  1. Esperando está ya en la estantería pero quiero leerlo con mucha calma y sin ninguna mezcla de lecturas alrededor. Los libros de Víctor son bocados únicos para degustar.

    Bs.

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  2. La leeré en breve y estoy segura de que lo voy a disfrutar un montón también.

    Besos

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  3. Una reseña preciosa. Tengo dudas con el libro, creo que por el momento lo dejo pasar. Besos

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  4. Me estáis dando unas ganas de leerlo todos... saludos y gracias por la reseña :D

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  5. Impresionante reseña, Pedro. Necesito leer a Víctor del Árbol, todavía no me he estrenado con él porque no soy lectora de novela negra pero todos coincidís en que sus libros son mucho más que eso. Bss

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  6. Yo voy más o menor por la mitad y es increíble, Víctor del Arbol narra como nadie y desde luego no deja indiferente. Besos.

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  7. Paso de puntillas, porque estoy con ella. Hasta ahora, de quitarse el sombrero.
    Un abrazo

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  8. Tengo Un millón de gotas pendiente y seguro que pronto va a caer éste.
    Besotes!!!

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  9. Vaya, ¡matrícula de honor! Tengo en casa la primera novela de Víctor del Árbol esperando turno, pero lo cierto es que me apetecen todas.

    Un abrazote.

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  10. Tengo muchas ganas de leer al autor =)

    Besotes

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  11. Es un autor con el que espero estrenarme pronto, aunque supongo que lo haré con Un millón de gotas que me espera pacientemente en la estantería desde este verano. Besos

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  12. He leído La víspera de casi todo hasta la página 130 o 140 y ahí la he dejado. Esta tarde he ido a la librería donde la compré y la he cambiado por la última novela de Alexis Ravelo. Antes de nada, quiero decir que soy amante del género negro, aunque también leo novela de autor y de otros géneros, como el histórico, la ciencia ficción y el drama social.
    La historia tiene un principio muy bueno. No voy a hablar de lo que pasa en esas primeras páginas para no fastidiarle a nadie la lectura, solo diré que cuenta algo que sucedió en el pasado y que queda cerrado, es decir, ese no es el conflicto. A partir de ahí, nos encontramos con una serie de personajes de los que el autor nos va relatando su vida, saltando de uno a otro. Siempre que leo una novela en la que se cuenta con más o menos detalle la vida de tantos personajes, desde su niñez y adolescencia, no puedo evitar preguntarme si todos esos datos son necesarios para la trama y subtramas de la novela (en la mayoría de los casos es información irrelevante, lo que se suele denominar “paja” para rellenar páginas y páginas y más páginas). Mientras avanzaba en la lectura me preguntaba, ¿dónde están la trama y el conflicto? Lo que no puede ser es que llegues casi a la mitad del libro y no haya trama ni conflicto por ninguna parte, solo unos personajes que interactúan entre sí, pero poco más. Bueno sí, hay algo que puede intrigar un poquito, pero muy poquito, al lector, y es qué le ha sucedido a Eva Mahler para ser ingresada en el hospital.
    Por otro lado está la prosa de Victor del Árbol, que no me convence del todo. No quiero decir con esto que sea un mal escritor, ni muchísimo menos (para gustos los colores). Su prosa me parece en algunos momentos correcta, en otros, pretenciosa, ñoña y cursi. Hay párrafos, como aquel en el que Victor del Arbol nos cuenta que el tatuaje del grifo que Eva Mahler tiene en su pie es el resultado de una noche de orgías y drogas con unos vikingos nórdicos tatuados y llenos de piercings y tal y tal (no tengo el libro aquí y no puedo escribir el párrafo de forma literal), que me parecieron un poco ingenuos e infantiles.
    Ya para terminar, solo decir que si sentís curiosidad por el género negro, el lumpen y el drama social, os recomiendo a estos autores en lengua española: Paco Taibo II, Andreu Martín, Alexis Ravelo, Cristina Fallarás, Francisco González Ledesma, Leonardo Padura, Rafael Chirbes, Juan Madrid, Marta Sanz, Carlos Zanón (no Zafón, Zanón), Pablo Gutiérrez, Santiago Rocangliolo, entre muchos otros…
    Yo no le pondría jamás a esta novela un 10 sobre 10. Yo le pondría un 5 o un 6 como mucho.

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  13. Me encantó esta novela, es la primera vez que leia a este escritor, y no me defraudó!

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  14. Me encantó esta novela, es la primera vez que leia a este escritor, y no me defraudó!

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