domingo, 25 de octubre de 2015

ENTREVISTA A MIKEL ALVIRA

Mikel Alvira es el autor de La novela de Rebeca. Una novela en el que la escritura tiene un papel muy importante y en la que se nos narra parte de la vida de Simón Lugar, un escritor inmerso en la redacción de una novela.
No pude dejar de plantearme mientras leía la novela, cuánto del propio autor había en este personaje, por lo que le escribí pidiéndole si podía contestarme a una entrevista. Amablemente accedió a mi petición y estas son las respuestas a la misma.
Como Mikel dice en una de las respuestas, todos tenemos un poco de esquizofrenia y bilocación a la hora de escribir. Buena prueba es esta entrevista en la que podréis contrastar las respuestas del autor con las respuestas del propio protagonista de la novela (que podéis ver en color azul), tomadas del propio texto de la misma. ¿Hasta que punto coinciden o divergen? Eso tendréis que comprobarlo vosotros mismos leyendo la entrevista.






"No sé no escribir" dice tu protagonista. Una frase que vemos también en tu biografía. ¿Cuando empezó ese "no saber vivir sin escribir"?
He escrito desde niño, desde pequeño. Si echo la vista atrás, siempre me veo escribiendo; no solo escribiendo, pero siempre escribiendo. A mis cuentos y poemas de adolescencia siguieron mis primeras novelas de juventud, inéditas e impublicables. Después, la militancia decidida en este jardín de las letras.
"No sé no escribir", había dicho en cierta ocasión a una periodista. (Página 86)



¿Escribir es transcender?
Sí, pero no en el sentido de alcanzar la eternidad. No creo en ese mito que nos intenta convencer que los libros son eternos o que nuestros nombres, por el hecho de estar impresos, alcanzarán la eternidad.
Trascender es cultivar esa parte no tangible que nos confiere indentidad, llámese alma, intuición o intranerso. Me da igual el nombre. Lo que no me da igual es que existe, y escribir me ayuda a que exista con más fundamento. Cuando escribo, me edifico.

¿Escribir es transcender?   (Página 126)


¿Busca la gloria actual o el reconocimiento en la posteridad aunque este sea imposible de aprehender en vida? 
No busco la gloria. Me gusta gustar, pero soy consciente de que no se puede gustar a todo el mundo ni todo lo que uno hace pueda gustar siempre.  ¡La gloria es tan abstracta!

¿Busca la gloria actual o el reconocimiento en la posteridad aunque este sea imposible de aprehender en vida? (Página 126)


¿Es necesaria cierta desubicación psicológica para poder meterse en la piel de los personajes tan dispares?
Desubicación… o bilocación. Hay un puntito de esquizofrenia en todo esto, pero, entre tú y yo, sabes que el oficio también tiene mucho que ver en esto de meterse en la piel del personaje. Disfruto transitando otras vidas, otras situaciones, otras derrotas que no son las mías. Sin disfrute, esto no tendría sentido.

¿Es necesaria cierta desubicación psicológica para poder meterse en la piel de los personajes tan dispares? (Página 126)


¿Cree que se puede escribir sin amar?
¿Se puede vivir sin amar? Yo, no. Vivir es amar, porque vivir sin pasión es solo sobrevivir. Y escribir es mi actitud para vivir, no puedo escribir sin amar.
¿Cree que se puede escribir sin amar? (Página 126)


¿Es la escritura un acto de fuga? ¿De qué realidad querrías huir tú?
Siempre huyo de mí mismo. De mis miedos, de mis ficciones, de mis dudas. Escribir me ayuda a reorientarme. Aunque, puestos a confesar, quizás deba confesar que no es huir sino explorar. Creo que lo que me genera pasión no es escapar sino encontrar.


-¿Vos también escribís para fugarte? -preguntó la niña.
-¿Para fugarme? -respondió Simón.
-Yo escribo para fugarme de mi vida. ¿Y vos? (Página 160)


¿Escribes para ti o lo haces pensando en tus lectores?
Foto "cedida" por Mayte Esteban
La gente que lee hace posible esto. Me debo a quien lee. Escribo lo que quiero cuando quiero y sin hipotecas ni imposiciones. Soy absolutamente libre y no he tenido que plegarme nunca a tiranías editoriales. Al respecto, siempre he tenido suerte con mis editoras o sellos editoriales, igual que actualmente con mi agente, Antonia Kerrigan (tan en las antípodas de lo que es Úrsula en mi novela).
Libre, sí, pero con un compromiso para con quien me lee. Se merecen mi respeto y que dé lo mejor de mí, mi mejor versión. Mikel Alvira es Mikel Alvira gracias a quien lee a Mikel Alvira.


-Escribo para mí, pero me debo a los míos. Es una auténtica putada, un fastidio.
-Un fastidio. Ja, ja, ja.
-No te rías. Escribir es un acto perverso. (Página 73)


¿Te consideras novelista o prefieres verte como un poeta?¿Qué es lo que te gustaría escribir?
No hay que elegir. Mi vida está marcada por la poesía, pero en tanta medida como por mi prosa. Creo que, leyendo a contraluz, se verá que mis novelas son las de un poeta; si no, no se entenderían muchos matices.
Nunca me planteo qué me gustaría escribir porque lo que me apetece escribir, lo escribo. De hecho, escribo mucho, muchísimo más, que lo que publico. Lo que sí me planteo es cómo escribir, de ahí que cada nuevo proyecto responsa a nuevas preguntas, a nuevos retos.


-Creo que soy más poeta que novelista. Bueno, a decir verdad, no sé lo que soy. Escribo una cosa y me gustaría escribir la otra. No sé lo que quiero.
-Entonces vos ya es medio argentino.
-¡Ja, ja, ja! ¡Que graciosa eres! ¿Por qué lo dices?
-Porque no sabe lo que quiere. (Página 121)


¿Es la escritura tu forma de amar? ¿De amar a quién? 
Ya he dicho que no puedo vivir sin amar ni vivir sin escribir. 


Se había convencido de que escribir era su forma de amar. (Página 182)

Amar y escribir son dos actos parejos. En ambos se entregan porciones íntimas del ser y en ambos la generosidad va de la mano del sufrimiento. No puede escribirse sin melancolía, como no puede amarse sin la angustia de la obsolescencia. (Página 182)



¿Piensas en tus novelas como una manera de sobrevivir al tiempo?

No busco la eternidad, busco el tener un presente satisfactorio, honesto.

Superviviencia, no dejaba de pensar en la supervivencia. En la suya, en la de los suyos, en la de Rebeca, en la de sus novelas. ¿Quién perdudaría más? ¿Su propio nombre o el de sus personajes? ¿De qué eran más conscientes sus lectoras? ¿De la autoría o de la historia? ¿Era escribir un atajo para sobrevivir? (Página 45)


¿Cómo escribes una novela? ¿Cómo la planificas?
Hay un poco de oficio y un poco de intuición. La suma de esos dos pocos hacen un mucho. Siempre sé hacia dónde quiero ir y aunque no planifico hasta la histeria (¡qué poco nos parecemos Simón Lugar y yo!), sí me gusta saber el rumbo de la novela. Cuando veo que el rumbo se tuerce, no me duele borrar o eliminar. Hay novelas de las que he eliminado sin compasión párrafos y párrafos.


Comencé a redactar párrafos, capítulos, diálogos que luego ensamblaría. Nunca tecleo mis novelas en el orden que luego el lector encontrará, sino a golpe de impulso, a borbotones. (Página 246)


¿Es la escritura de una novela un continuo proceso de toma de decisiones?
La vida misma lo es. A cada paso, hay que decidir. Por más que lo reflexiono, y reflexiono mucho sobre ello, no sé qué me hace decidir una u otra cosa. Al escribir, sucede lo mismo. Será la musa, que está muy implicada.

Escribir es decidir a cada paso, Es desplegar constantemente el mapa de la novela. La historia es secundaria, Lo que cuenta es como hacemos esa historia. (Página 82)


¿Son importantes las redes sociales a la hora de "vender" una novela? 
Lo importante es la gente, quien lee. Las redes son un canal más, como tantos otros. No me planteo las redes como algo imprescindible en mi vida personal, pero es innegable que las oportunidades que nos ofrecen son excepcionales. Además, ayudan a crear puentes que de otra manera sería impensable.

¿Realmente crees que venderías menos sin un perfil de Facebook? (Página 134)


¿Dónde nacen tus personajes?
¿Y a dónde va cuando mueren? ¿Y si no nacen y son solo el reflejo de lo que podíamos haber sido?
Nacen en la cabeza, en el pecho, en las tripas. O puede que no nazcan, que ya estuvieran ahí y lo que hace el escritor es solamente darles visibilidad.


Un escritor mantiene a sus personajes en el pecho, que es el lugar donde viven después de haber nacido en la cabeza, a la espera de que los dedos sigan construyendo sus vidas en el papel.
¿O quizás nacen ahí mismo, en el pecho? (Página 136)


¿Va unida la melancolía al proceso de escribir?
No en mi caso. Soy vitalista, optimista y huyo de las tristuras. No creo que haya que ser melancólico para ser íntimo. Lo íntimo, cuando es auténtico, nos lleva a la alegría y no a la pesadumbre.

La melancolía va unida al ejercicio de escribir, tal vez porque escribir es vaciarse, derribarse por dentro. (Página 84)


¿Piensas mucho tus historias antes de escribirlas o lo haces mientras las escribes?
Me marco la hoja de ruta, incluso los plazos, los perfiles de los personajes y tengo claro el tono que quiero lograr. A partir de ahí, y como en todo proceso creativo, hay un camino de obstáculos que vamos sorteando y que en el minuto cero no sabemos cómo va a ser. Es fascinante. Vivo muy intensamente el proceso creativo.


Escribir es un proceso mucho más complejo que el de teclear. Si consistiera exclusivamente en teclear, cualquier escritor medianamente organizado y con algo de disciplina haría una novela de alrededor de trescientas páginas en un plazo de tiempo entre diez y quince días. Sin embargo nadie lo concibe así.
Borrar, corregir, releer, documentarse, pensar... todo eso también es escribir. Sobre todo, pensar. Pensar en la historia que se quiere contar, pero, al unísono, pensar como se quiere contar. (Página 81)


¿Un escritor es Dios a la hora de escribir?
O el diablo, si es que existen. Prefiero pensar que soy autor, un término que me parece mucho más hermoso que el de dios.



Un escritor juega a ser Dios cuando diseña un personaje. Le otorga el don de la vida, que por el hecho de ser literaria no deja de ser menos vida. (Página 117)


¿Con qué escribes tu?
Con las dosis ajustadas de cabeza, corazón y tripa. Cuando se sobrepasa la dosis, el resultado se resiente.


Puede escribirse con la cabeza, con las manos y con las tripas. Con la cabeza escriben los fanáticos de la norma y los novatos que siguen un manual.
(...)
Con las manos escriben los autores de las series cuya principal gloria es la de estar en los escaparates cada nueve meses.
(...)
Las tripas son la metamorfosis del escritor. (Página 209)


Muchas gracias por tu novela y por el tiempo que me has dedicado con esta entrevista.






6 comentarios:

  1. Me ha encantado. Me he enamorado de este escritor. Tengo la novela en casa preparada (espero) para la semana que viene, por lo que lo que tiene que ver con el libro lo he pasado un poquito por encima, y cuando lea el libro, volvére.
    Me han gustado y tus preguntas y me han cautivado sus respuestas. Pero de todo, me quedo con esto, que me ha llegado al alma
    Vivir sin pasión es solo sobrevivir

    Gracias por traerlo, besos.

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  2. Le has hecho algunas preguntas que le hicimos el otro día. Es una entrevista muy original. Como el libro ;)

    Besos

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  3. Qué ganas tenía de leer tu entrevista, cuando Mikel comentó que habías enviado las respuestas de Simón Lugar no daba crédito jajaja
    Besos.

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  4. Muy buena entrevista! Me ha gustado conocer mejor al autor. Y desde luego su libro ya lo tengo en mi lista de deseos.
    Besotes!!!

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  5. Vaya pedazo de entrevista!!! Buenísima, sin duda. Para mi este autor ha sido todo un descubrimiento y La novela de Rebeca una de las mejores lecturas del año. Además su forma de entender la vida es maravillosa.

    Besos

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  6. Ya nos habló Mikel de tu entrevista, jajajaja. Te echamos de menos esa tarde en el Hotel de las Letras, pero veo que muchas de las cosas que hablamos también se encuentran aquí. Besos.

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