domingo, 10 de marzo de 2013

¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS? (PHILIP K. DICK)

¿Dónde radica la esencia del ser humano?





Leyendo vuestros comentarios (y los míos también) cada vez que se compara una película basada en una novela con el libro del que procede, por buena que sea la película, nunca llega a la altura del libro. Lógico, porque por más que se intente, volcar 400 o más páginas de una novela en una hora y media o dos de película, implica resumir, eliminar personajes, suprimir páginas. Por eso, por bien que se consiga plasmar el espíritu del libro en imágenes, el libro es más rico, pues puede profundizar mucho más en los pensamientos y motivaciones de los personajes.
Por tanto, como regla general podríamos afirmar: Ninguna película basada en una novela, supera a ésta.

Ahora bien, toda regla para serlo ha de tener una excepción, la excepción que confirma la regla. Me ha costado mucho tiempo encontrarla, pero aquí está: Blade runner de Ridley Scott, basado en la novela Sueñan los androides con ovejas eléctricas de Philip K. Dick, es una obra maestra, un gran clásico del cine (no sólo del de ciencia ficción), ni mejor ni peor que la novela, pues novela y película son diferentes pero complementarias.

Esta opinión no es sólo un comentario sobre el libre, sino que analiza las marcadas diferencias entre el libro y la película. Parece mentira que siendo Blade Runner mi película de ciencia ficción favorita, no hubiese leído la novela en que está basada, pecado más grave porque me lo trajeron los Reyes Magos este año.
Este comentario es el resultado de combinar la lectura del libro con el visionado de la película (versión especial de cinco DVD), con la banda sonora (edición especial de tres CD) como música de fondo.





ARGUMENTO



Rick Deckard es un detective burocrático al que le pagan por perseguir androides y retirarlos. Es un cazador de bonificaciones, las que obtiene por cada androide retirado.
Su mujer desaprueba ese trabajo:
«-Aparta tu grosera mano de policía.
-No soy un policía.
-Eres peor. Un asesino contratado por la policía.
-En la vida he matado a un ser humano.
-Sólo a esos pobres androides

Tras una guerra nuclear, la vida va desapareciendo de la tierra y los hombres a los que aún no les ha afectado la radiación intentan emigrar a nuevos planetas.
Para hacer la vida más llevadera en ellos, se han creado los androides, cada vez más perfectos, hasta el punto de que los más modernos, los Nexus-6, son indistinguibles a primera vista de los humanos.
De vez en cuando alguno de estos androides escapa, incluso matando a sus dueños (se ve que Isaac Asimov no había publicado sus tres leyes de robótica pora proteger al ser humano), e intentan regresar a la Tierra.

La ley es muy clara: dichos androides deben ser retirados. A esa labor es a la que se dedica Rick, que ahora debe ocuparse del caso de seis androides que han vuelto a la Tierra e incluso han llegado a matar a uno de los mejores cazadores.
Rick ve la oportunidad si triunfa en su misión, de obtener el dinero suficiente para hacer realidad su sueño: Hacerse con un gran animal vivo, en lugar de la oveja electrónica que cuida.
Recibirá la ayuda de Rachel, el último modelo de Nexus-6, tan perfecto que ni ella misma sabía que no era humana.



DIFERENCIAS ENTRE LIBRO Y PELÍCULA



Parece mentira lo diferentes que pueden resultar el libro y la película, en algunos casos totalmente contrapuestos. Y sin embargo ambos se suman, se complementan.

- El Mundo da Blade Runner: Mi primera sorpresa al leer el libro, fue el mundo que se nos mostraba en Sueñan los androides..., porque si has visto Blade Runner es imposible olvidar esas imágenes de una ciudad superpoblada, esos vehículos sobrevolando la ciudad, con ese anuncio luminoso gigante sobre la pared de un rascacielos (Enjoy Coca-Cola).
Por contra en Sueñan los androides... es un mundo medio vacío, un mundo que se está vaciando porque es incompatible con la vida. Tras una guerra nuclear, poco a poco ha ido desapareciendo la vida, comenzando por los pájaros, afectando también a los humanos.

El origen de los androides es una consecuencia de la necesidad de la humanidad de conquistar planetas con un ambiente hostil. Lo que varía es el por qué de esa necesidad, la radiactividad en un caso, la superpoblación en otro.
«Una nueva vida les espera en las colonias del mundo exterior, la ocasión de volvcr a empezar en una tierra de grandes oportunidades y aventuras.» Es el anuncio que los altavoces repiten constantemente y que podemos escuchar en la película.


- El aprecio a la vida: La última generación de androides, los Nexus 6, son casi imposibles de distinguir de loa seres humanos. La única manera es someterlos al test de Voig-Kampff, que a partir de los movimientos oculares puede determinar el grado de empatía o partir de planteamientos como: «-Le regalan una billetera de piel de becerro para su cumpleaños.
-No la aceparía (respondió Rachel). Y denunciaría a la policía a la persona que me la regalara»
 (Página 71)

«-Tiene usted un niño pequeño que le muestra su colección de mariposas, y también el frasco donde las mata.
-Lo llevaría al médico.
» (Página 72) 

«-Está viendo la televisión. De pronto advierte que una avispa avanza por su brazo.
-La mataría.»
 (Página 72)


Es seguro que yo fracasaría en una prueba de ese tipo, porque una cartera de piel o cargarme una avispa no me escandalizan, mientras que en ese mundo postapocalíptico la vida es cada vez una rareza mayor, por lo que la vida de cada ser es sagrada y la posesión de un ser vivo un signo de riqueza, cuanto más grande, mayor status social.
Ese es el sueño del protagonista, tener un animal grande en lugar de la oveja artificial que cuida, casi indistinguible de una de verdad, pero sólo un sucedáneo.


- La historia de amor: Uno de los aspectos más destacados de la película es la historia de amor entre la replicante y el cazador, remarcada musicalmente por un bellísimo tema de amor (uno de los mejores temas de Vangelis). Un amor con fecha de caducidad, porque cuatro años es el límite para un replicante.
«Lástima que ella no pueda vivir. Pero ¿quién vive?» (dice el jefe de Rick) ¿O si puede vivir? Ella es el último modelo, el más perfecto ¿habrá superado el límite de tener que morir?


En el libro Rick es un hombre casado, y su relación no deja de ser una relación puramente sexual, cargada eso sí con toda la carga de dudas que le supone a Rick sentirse atraído por una máquina.
En la película, ni el protagonista ni el espectador pueden ver a la replicante como una máquina. Su carga de sentimientos te impide pensar en otra cosa que en un ser humano.




- Androide versus replicante: Es curioso que este descubrimiento lingüístico no sea obra de la novela sino de la película.
Androide o robot nos da una imagen mucho más mecánica, más alejada de nosotros. Replicante (humano sintético con habilidades parafísicas) por contra es mucho más próxima, no deja de ser una copia, una réplica de nosotros mismos, lo cual nos lleva a una pregunta que es al final el objetivo de la novela: ¿Qué es lo que nos hace humanos?
La respuesta a esa pregunta, a aquello que representa la clave de la humanidad, la que nos aleja de las máquinas, merece un capítulo aparte que más adelante expondré.


- Frialdad frente a poesía: Pese a ser iguales, muy distintos parecen los replicantes de la película a los de la novela. Porque como replicantes están mucho más próximos a nosotros, sin esa frialdad que aparentan los androides de Sueñan los androides...
Para marcar esa proximidad, hay algunas escenas de la película con una fuerte carga lírica. Especialmente emotiva es la escena del enfrentamiento final entre el jefe de los replicantes y Rick, con uno de los monólogos más logrados de la historia del cine, un canto de amor a la vida, realmente impactante por estar puesto en boca del replicante.
«Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
»



- Ausencia de pensamientos religiosos en la película: Hay algo que desaparece completamente en la película, el mercerismo. En un mundo en decadencia, donde la vida poco a poco va desapareciendo, surge un nuevo pensamiento filosófico/religioso, un pensamiento que potencia el sentimiento de ayuda mutua, de sentir los sufrimientos ajenos como propios. En otras palabras, se exalta la empatía.
Y el vehículo de este pensamiento religioso es una curiosa máquina, que no debemos perder de vista que el libro se escribió hace más de treinta años, una máquina en la que una vez conectados participas en una realidad virtual en la que empatizas con un hombre que sube eternamente una colina, cual si una nueva versión de Sísifo condenado a arrastrar colina arriba una piedra que rueda cuesta abajo antes de llegar a la cumbre para volver a empezar. Un ciclo de vida, muerte, resurrección. Y según Mercer sube la cuesta, van arrojándole piedras que aquel que le acompaña siente junto con él.


«Una vez me ocurrió: me fundí y alguien acababa de adquirir un animal. Y otro día –sus rasgos se oscurecieron por un instante; el placer se había disipado-, sentí a una persona cuyo animal había muerto. Otros tenían alegrías que compartir... Yo no tenía ninguna, como sabes; pero eso reanimó a esa persona. Uno puede llegar hasta un suicida en potencia; lo que uno tiene, lo que uno siente, puede...
Ellos recibirán nuestra alegría —Replico Rick—, pero nosotros cambiaremos lo que sentimos por lo que ellos sienten y la perderemos. [...]
No perderemos realmente lo que sentimos, si lo tenemos claramente en el espíritu. Nunca has sentido del todo la fusión, ¿verdad, Rick?.»



- Cuándo y dónde: En el libro se sitúa en San Francisco en 1.992, mientras que en la película es en Los Ángeles en 2.019.






¿CUÁL ES LA ESENCIA DEL SER HUMANO?

Al final, ese es el tema principal de la novela, la búsqueda de aquello que nos hace diferentes, qué hace que el hombre sea humano, que la humanidad tenga algo que le diferencia de las máquinas.
Podríamos pensar que la diferencia está en tener sueños, en tener deseos. De ahí el título de la novela.
«¿Sueñan los androides?, se pregunta Rick. Era evidente: por eso de vez en cuando mataban a sus amos y venían a la tierra. A vivir una vida mejor, sin servidumbre.» (Página 241)

No es esa pues la diferencia, ni siquiera es el deseo de libertad lo que nos hace humanos. También los animales quieren ser libres.
La diferencia es la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de sufrir porque sufre el otro, de ser feliz porque lo es el otro.
Rick según va eliminando replicantes, va acercándose más a ellos, va deshumanizándose, perdiendo la capacidad de sentir lástima por aquellos que va eliminando. En realidad como dicen en la película, los blade runner no ejecutan replicantes, los retiran.
Los replicantes al no tener empatía son egocéntricos, despiadados, les dan igual las demás criaturas. Por eso son inferior a los humanos.
Por eso no vamos desencaminados cuando al hablar de determinadas personas decimos que son inhumanas.


Hay en la novela un curioso aparato que desaparece en la película: el órgano de ánimos, un aparato que permite regular el estado de ánimo, permitiendo al que a él se enchufa sentir tristeza, alegría, euforia o cualquier otro sentimiento. Un anticipo de los modernos psicofármacos, de los antidepresivos que con tanta alegría se consumen hoy día.
Estas emociones artificiales ¿no noa hacen androides con sus emociones implantadas y aprendidas?






PHILIP K. DICK 


No puedo pasar por alto la ocasión de escribir siquiera unas pocas palabras sobre el autor, un personaje cuya vida daría para escribir una gran novela o hacer una película, aunque no tengo muy claro el género, pues en su vida realidad y fantasía están separados por una delgadísima línea, no siempre achacable a las drogas.

Philip K. Dick fue un gran escritor, que se empeñó en escribir aquello con lo que disfrutaba: la ciencia-ficción, pese a que tenía muy claro que aquello nunca le daría prestigio ni dinero como escritor. Sabía cuál era el concepto de la ciencia-ficción para sus compatriotas:
Leer ciencia-ficción es algo para adolescentes, sólo para chicos de instituto y para gente perturbada en general.


Ni siquiera tuvo ocasión de ver como su fama se disparó, pues murió antes de disfrutar del éxito de Blade runner, la adaptación cinematográfica de Sueñan los androides...


No ha sido el único texto suyo cuya adaptación al cine ha sido un éxito de taquilla. Es muy probable que no hayais leído nada de este autor, pero es casi imposible que no hayais visto alguna de las películas basada en sus relatos:
-Desafío total, con Arnold Schwazenager (basado en We can remember it for you wholesale)
-Minority report, con Tom Cruise.
-Paycheck, con Ben Affleck
-Next, con Nicolas Cage (basado en El hombre dorado)

Más que autor de novelas, Philip K Dick, es en realidad autor de relatos, largos sí, pero relatos a fin de cuentas. De hecho Sueñan los androides... es una excepción, aunque tampoco sea una novela de muchas páginas.


IMPRESIÓN PERSONAL


Hay muchos prejuicios contra la ciencia-ficción, como el propio autor no tenía reparos en señalar. Si tu eres una de esas personas a las que de entrada le da reparos este género, no te lo pienses esta vez y atrévete con esta novela. Esta es una novela que no abunda en términos científicos, ni nos plantea situaciones demasiado extrañas, por lo que no es difícil de seguir para profanos del género.
La ciencia-ficción no deja de ser una manera de elucubrar sobre la naturaleza humana, avanzar a un futuro para ver dónde puede llevarnos dicha naturaleza. O simplemente para reflexionar como es el caso de Sueñan los androides… con cuál es la esencia de esa naturaleza humana.


Por el tiempo y el cariño que le he dedicado a esta opinión, me imagino que ha quedado muy claro que este ha sido un libro que me ha encantado, que creo que merece la pena que leáis, porque aunque hayáis visto la película, no dejará de sorprenderos como a mí me ha sucedido.



Os dejo el trailer de la pelìcula




FICHA TÉCNICA

Editorial: Edhasa
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 316
PVP: 9,50 €


                       Domingos de cine (4)






VALORACIÓN: 10/10



7 comentarios:

  1. Sin palabras me he quedado con tu entrada. Brutal, felicidades.
    También es mi peli de Cifi favorita y no sé cuantas veces la abré visto. El libro lo he tenido en las manos y me ha dado miedo leerlo, jajaja.
    Creo que como comentas, la película supera al libro, tu no lo podrías contar mejor.

    Saludos

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  2. Yo soy una de esas "rara avis" que aún no han visto la película... Pero el libro lo disfruté muchísimo el año pasado: la verdad es que estoy teniendo mucha suerte con los libros de ciencia ficción con los que me estoy tropezando, porque todos están hallando un hueco especial en mi corazón. De Sueñan los androides... me gustó mucho la manera en que el autor hilvanó ese mundo futurista tan brualmente real, la prosa tan ágil que utilizò y el análisis social que hace de los distintos componentes de esa sociedad. Sin duda, repetiré con el autor y remarco mi intención de ver Blade Runner sin dilación! 1beso!

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  3. A mí me ocurre lo contrario que a Tizire. He visto la peli, y es una de las pocas de ciencia ficción que me gustó, pero aún no he leído la novela, que tengo apuntadísima desde hace tiempo :)

    un beso shakiano!!!

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  4. Menudo reseñón!
    Supongo que no queda más remedio que buscar el libro y disfrutarlo. A mí es una película que me gusta mucho, así que supongo será una baza segura.
    Saludos

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  5. Tienes razón, por norma general los libros son siempre mejores, pero hay algunas excepciones y cuando nos los encontramos apenas nos lo podemos creer.
    La ciencia ficción no es lo mio, pero si le das tanta nota, buscaré la pelí a ver que tal.
    Besitos.

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  6. Blade Runner, qué mítica!!! Hace años que no la veo por cierto. Estaré atenta a tu primer sorteo, no me lo pierdo :)

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  7. Qué clasicazo traes hoy!!! =)
    Me encanta!

    Besotes

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